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Personas privadas de libertad accederán a la educación superior

Boletín de Prensa No. 253

Quito, 22 de agosto 2014

Un plan piloto posibilitará que las personas privadas de libertad de los centros de rehabilitación de Latacunga y Guayaquil cursen una carrera universitaria mientras cumplen su sentencia.

La política inclusiva para democratizar el acceso a la educación superior no se detiene. Entre el martes 12 y el viernes 15 de agosto  2014, inició el Plan piloto de política de cuotas en el que 568 personas privadas de libertad (PPL) de los Centros de rehabilitación social de Latacunga y Guayaquil, además del Centro de rehabilitación social Femenino de El Inca participaron del proceso de inscripción en el Sistema Nacional de Nivelación y Admisión (SNNA), previo a la rendición del Examen Nacional para la Educación Superior (ENES) que se dará el próximo 27 de septiembre.

Este Plan Piloto se enmarca en lo dispuesto en la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) que reconoce el acceso a la educación superior como un ejercicio efectivo de la igualdad de oportunidades, disposición que incluye a las PPL. El proceso de inscripción fue coordinado con el Ministerio de Justicia y contó con el apoyo de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil (UCSG) y la Escuela Politécnica del Ejército (ESPE), instituciones de educación superior que en la fase inicial del Plan ofertarán sus carreras en modalidad a distancia para que los PPL cursen una carrera universitaria mientras cumplen su sentencia. Se aspira que, de modo progresivo, todas las universidades del país se involucren en esta Política de Cuotas.

Los sueños superan las rejas

“Josué” tiene 42 años, el color naranja del calentador que viste contrasta con su tez negra y lo oscuro de su cabello ensortijado. Camina lento, con las manos juntas y confundido entre la fila de PPL que, encabezados por un guía penitenciario, cruza uno de los pabellones de mediana seguridad del Centro de Rehabilitación Social de Latacunga para dirigirse a la sala donde se instalaron diez computadores para que estos ciudadanos puedan cumplir con el proceso de inscripción en el SNNA.

Este esmeraldeño ha cumplido dos de los 16 años a los que fue sentenciado. La política emprendida por esta Secretaría le provoca hacer proyecciones. Se acomoda junto al computador junto a la persona que le apoyará en el proceso y da la información solicitada, como: número de cédula, el nombre del colegio donde obtuvo su bachillerato y demás datos que demanda su inscripción antes de rendir el ENES. “Josué” aspira estudiar Derecho, asegura tener “vocación” para esa carrera.

“Esta es una nueva oportunidad de vida que debemos aprovechar”, dice, refiriéndose a la posibilidad de estudiar una carrera de educación superior, al tiempo que intenta controlar el tic nervioso que mueve el ala de su fosa nasal izquierda. “Más allá de que esté encerrado, (el Estado) se preocupa por mí y me da una oportunidad para dejar atrás el error que cometí”, dice en tono sereno y reconoce el interés del Gobierno nacional para ofrecer opciones de superación para las PPL.

Estudios superiores prometen liberar aspiraciones

“Me llamo Ronald”, dice el manabita que aspira estudiar Derecho, minutos después de haber concluido el trayecto por el pabellón de máxima seguridad del Centro de Rehabilitación Social de Guayas. Para este hombre privado de libertad es “maravillosa” la posibilidad de estudiar una carrera universitaria a distancia al interior del centro penitenciario.

La política emprendida por esta Secretaría “demuestra un cambio en los centros de rehabilitación, para nuestro mejoramiento como seres humanos”, expresa el PPL del Centro de Rehabilitación Social de Guayaquil, quien precisa que actualmente estudia a distancia la carrera de Psicología en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL).

Concluida la inscripción, Ronald se conduce lento, de su frente brotan gotas de sudor que se conjugan entre la emoción y la aspiración de construir un futuro mejor. “Hay que aprovechar el tiempo, construirnos y formarnos intelectualmente para tener una profesión para un día estar con nuestras familias y sustentarlas”, explica este manabita de 23 años.

Una década viviendo en Estados Unidos le dio un acento extranjero a la forma de hablar de “Miguel”. Las calles dotaron de fluidez a su inglés, idioma que ahora aspira fusionar con una carrera en Administración de Empresas con la visión de crear su propia microempresa.

Este guayaquileño ha cumplido su octavo año de sentencia, sobrellevándolo leyendo libros de poesía y filosofía, y reafirmado cada día su creencia en el “Supremo Creador”. Ahora, la posibilidad de acceder a estudios de tercer nivel le hace soñar con la oportunidad de reinsertase en la sociedad cuando salga de prisión.

Una política con continuidad

La Política de Cuotas para incluir a las PPL en el sistema de educación superior busca garantizar el acceso a la educación superior como un derecho fundamental en los centros de rehabilitación social del país. Este propósito ya tuvo  experiencias previas como la de marzo de 2013 cuando varias mujeres del Centro de Rehabilitación Social de El Inca en Quito participaron del proceso de inscripción. Ahora, 26 de ellas cursan una carrera universitaria a distancia en la Escuela Politécnica del Ejército.