La robótica en Ecuador, un ejemplo de innovación
Boletín de Prensa No. 252
Quito, 13 de agosto del 2014
Diego Balarezo, un ecuatoriano innovador amante de la robótica busca construir un riñón artificial.
A los 12 años ya tenía en su mente la palabra innovación. Desarmaba todo tipo de aparatos mecánicos, con el fin de utilizar sus piezas para construir aviones y helicópteros. Hoy, con 36 años, Diego Balarezo ha construido más de 70 robots e iniciado su mayor sueño: un riñón artificial.
Aunque dice no tener un robot favorito, se asegura que cada creación cuente con su propia personalidad: diseño, software y un nombre. Su taller, al que representantes de la Subsecretaría de Innovación y Transferencia Tecnológica asistieron para conocer sus modelos, está inundado de piezas, cables y diseños, un sinfín de partes mecánicas.
Amante de todo lo relacionado con la programación y lo técnico, asegura que su mayor fuente de conocimiento está en la lectura, pues su profesión se relaciona más con la ingeniería comercial que con lo que ha realizado en los últimos 24 años.
Robitz
Balarezo, fundador de Robitz, empresa dedicada a la robótica, se transforma cuando empieza a hablar de sus creaciones y de su filosofía de trabajo. “Aunque suene extraño, a los seres humanos hay que entenderlos como robots para, a partir de ello, encontrar soluciones”.
Y es así como él y su equipo integrado por 10 personas, trabajan en Yupé, un robot cocinero, Camilo y Araña, robots de pelea, Yori, un capitán que se dedicará a contar historias para niños y otro robot, aún sin nombre, para la diversión de los niños.
Incluso la ex Fábrica Textil Imbabura, hoy convertida en un museo, cuenta con sus prototipos. “Fue un trabajo de seis meses, con pruebas y diseños”, aseguró Diego y agregó que lo más difícil en todo este trabajo es lograr el financiamiento.
Diego Balarezo es todo un innovador, tiene impresoras en 3D para la elaboración de las piezas, para lo que usa materiales biodegradables. Aunque usa componentes traídos desde el exterior, todo lo arma aquí en Ecuador, por tanto, “todo es ecuatoriano”, dice.
Su próximo reto es construir un riñón artificial, del cual tiene ya un primer prototipo. Este ayudaría al proceso de la diálisis. Está seguro que en unos cinco años más podrá iniciar las pruebas. “Se encargará de hacer la diálisis sin la necesidad de estar conectado con cables”.
En este proyecto a Diego le mueve un interés social, ayudar a quienes requieran de este servicio, por lo cual, a futuro piensa dar la libertad para que personas interesadas desarrollen su propuesta y trabajen juntos en este proyecto.
Innovador
Diego Balarezo es un claro ejemplo de esfuerzo e innovación. A pesar de las complicaciones económicas ha seguido adelante. Precisamente, reunir a los millones de emprendedores que tiene nuestro país y darles la oportunidad de mostrar sus ideas al mundo es el propósito del programa Banco de Ideas, que impulsa la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación.
Te invitamos a ser parte de esta propuesta ingresando a www.bancodeideas.gob.ec y registrando tu proyecto innovador. Podrás acceder a muchos beneficios:
- Construcción de redes para conocer a otros innovadores como tú que potencien tu proyecto.
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