Saltar al contenido principal

La infancia migrante y refugiada en el mundo podría llenar medio millón de aulas

La migración plantea problemas de planificación educativa tanto en los pueblos como en las ciudades.

Boletín de prensa No. 227

Quito, 18 de diciembre de 2018

El número de niños migrantes y refugiados en edad escolar alrededor del mundo, actualmente, podría llenar medio millón de aulas, un aumento del 26 % desde el 2000 revela la edición 2019 del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM), publicado por la UNESCO y titulado Migración, desplazamiento y educación: construir puentes, no muros.

Este documento, que se prevé marcará una pauta para establecer políticas que contribuyan a superar esta situación, revela que en ciertas zonas de América Latina y el Caribe la educación no es un derecho en pleno ejercicio, y sugiere a los países garantizar su acceso a la infancia migrante y refugiada, a su vez lanza un mensaje claro para invertir en la educación de quienes migran.

En esta línea, también deja entrever buenos ejemplos de inclusión en la educación. Colombia, por ejemplo, se ha convertido en líder al usar su marco legal para proteger la educación de su población desplazada internamente.

Por otro lado están Brasil y Trinidad y Tobago, países que han abordado las consecuencias que tiene en la educación el desplazamiento, una problemática cada vez más común en fronteras de América Latina.

Según el informe GEM, las personas que emigran alcanzan mayor educación que quienes se quedan en su país natal, aunque también evidencia una problemática: el éxodo intelectual, pus demuestra que uno de cada 12 profesionales con mayor calificación de América Latina están emigrando a otros países: Guyana perdió a un 78 % de sus trabajadores con calificación debido a la emigración, mientras que de Granada se fue el 71 %.

Recomendaciones

El informe recomienda, entre otras cosas, proteger el derecho a la educación de quienes migran y de las personas desplazadas; además, propone integrar a migrantes y a las personas desplazadas en los sistemas nacionales de educación; comprender y planificar para cumplir con las necesidades educacionales de migrantes y de personas desplazadas.

Asimismo, plantea representar historias de migración y desplazamiento en la educación de forma realista para desafiar los prejuicios; preparar a los docentes de migrantes y personas refugiadas para tratar la diversidad y la adversidad; así como sacar partido al potencial de quienes migran y de las personas desplazadas.

Finalmente, propone apoyar las necesidades educativas de migrantes y de personas desplazadas.