Innovación de tecnologías ancestrales para reconstruir territorios afectados por el terremoto

Boletín de Prensa No. 067
Quito, 12 de mayo de 2016
Viviendas de caña, tierra y madera; filtros de agua lluvia; letrinas ecológicas y estufas “cohete” son opciones eficientes y armoniosas para recuperar Manabí y Esmeraldas
“Purificar el agua lluvia para beberla, lograr que nuestros desechos sirvan como abono y cocinar grandes cantidades de comida con muy poca madera son algunas de las ventajas que conseguimos cuando innovamos en base a los saberes y tecnologías ancestrales”, asegura Javier Carrera, miembro de la Red de Guardianes de la Semillas-Ecuador.
Esta Red de organizaciones, trabaja con líderes locales que viven en las zonas afectadas por el terremoto del pasado 16 de abril, “porque ellos y ellas saben lo que hace falta y pueden multiplicar la ayuda, conocen la zona y convocan a la gente”, explica Carrera. La Red de Guardianes de las Semillas ha entrenado en temas de ecología práctica y trabajo comunitario a líderes de Caimito, Muisne, Canoa, Calceta, Flavio Alfaro, Portoviejo y Santa Ana.
Frente al desastre, la propuesta de esta Red es adecuar los refugios con cuatro eco tecnologías básicas: letrinas aboneras, filtros de agua, compostaje de desechos orgánicos y estufas eficientes.
Para esto, están difundiendo cómo fabricar estos implementos cuyos principios son ahorro, eficiencia y bienestar, además de ser amigables con el ambiente.
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En una segunda fase, la propuesta de la Red es reconstruir las zonas de desastre usando sistemas de bioconstrucción; esto implica, el uso de materiales de bajo impacto ambiental, reciclados y extraídos mediante procesos sencillos que son de bajo costos, por ejemplo: caña, tierra y madera.
“La destrucción dejada por el terremoto se debe en gran parte al tipo de construcción realizada las últimas décadas; viviendas construidas con bloques de cemento y hormigón, estéticamente feas, húmedas, y tan calientes que requieren aire acondicionado, es decir excesivo gasto energético. Esto deterioró la calidad de vida de la gente, al sector turístico; y finalmente se tradujo en una tragedia humana de inmensas proporciones”, argumenta Paulina Lasso, representante de la Fundación Yakunina, una de las organizaciones que también pertenece a la Red de Guardianes de la Semilla.
Por esta razón, la Red propone viviendas formadas por estructuras de madera y bambú, con mampostería de paneles de guadua que se montarían en talleres de carpintería en estos territorios. Estas viviendas son sismoresistentes, cómodas y respetan el paisaje y la cultura local. Además, se complementan con tecnologías como los filtros vivos para limpieza de aguas grises y negras, filtros para purificación de agua destinada al consumo humano, letrinas composteras y huertos familiares.
Carrera y Lasso explican que trabajan en base al plan de vivienda social implementado por Fausto Acosta de Barro Viejo en Pujilí y Cuenca tras el terremoto de 1987. “Fue exitoso y muy cercano a la filosofía de trabajo de la Red”. El proceso incluye una fase de diseño participativo donde las familias diseñan sus propios espacios de vivienda. La Red ya está definiendo costos, tiempos, materiales, necesidades de mano de obra para apoyar a grupos locales y organizaciones campesinas con la construcción de este tipo de viviendas.
Así, la recuperación de los saberes ancestrales en coexistencia con el conocimiento científico y tecnológico aporta a la reconstrucción de las provincias de Manabí y Esmeraldas, afectadas por el terremoto del pasado 16 de abril.