Boletín de prensa No. 25

Quito, 13 de febrero de 2019

Las sociedades modernas deben impulsar la generación de conocimiento que satisfaga las necesidades sociales y, al mismo tiempo, permita al país crecer económicamente y encontrar alternativas que contribuyan a diversificar su economía y a promover modelos de desarrollo innovadores e inclusivos.

Todo sistema necesita ajustes y modificaciones, que solo de manera planificada y conjunta se las podrá concretar. En ese sentido, el Sistema de Educación Superior tiene el desafío de generar reglamentos que respondan a las condiciones actuales del sistema, a la realidad del país y que su aplicación permita alcanzar resultados positivos para el Ecuador.

Estos nuevos instrumentos normativos deben promover acciones que permitan implementar políticas públicas en tres aspectos clave de las instituciones de educación superior: docencia, investigación y vinculación con la sociedad.

En lo que respecta al primer elemento, es fundamental una docencia pertinente basada en el reconocimiento de los méritos académicos y la experiencia. Nuestros docentes constituyen un eje estratégico, son los responsables de forjar el talento creativo tan necesario para promover un desarrollo colectivo que priorice a los que menos tienen y son sin duda el corazón de todo proceso formativo.

En ese contexto, el Sistema de Educación Superior también fomenta un modelo de admisión a la educación pública inclusivo y democrático. Ese acceso debe ser entendido desde el ámbito de los derechos, pues no se trata únicamente de alcanzar la profesionalización, sino de equidad y de justicia social. Sin acceso a la educación superior se pierden las posibilidades de movilidad social, se desperdician recursos públicos y, sobre todo, se priva a los ecuatorianos de mayores oportunidades.

De igual manera, la nueva normativa debe fortalecer la capacidad de construir conocimiento nuevo y pertinente; por lo cual, la investigación debe ser un proceso asociado a la docencia. No hay en el mundo docencia sin investigación, ni viceversa. Esta investigación debe además ser de libre y fácil accesos y uso, especialmente si en el Ecuador, se la hace con recursos públicos.

Asimismo, la academia no puede desenterderse de su vínculo con la sociedad,  su gestión incide en la sociedad, su accionar debe responder a las necesidades sociales y de desarrollo que el país tiene. La academia debe dar respuestas a los problemas actuales de nuestras sociedades y debe ayudar a desarorllar las fortalezas que como país tenemos y así alcanzar mejores condiciones para todos.