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Ciencia para servir a la sociedad

Boletín de Prensa No. 047

Quito, 20 de febrero de 2015

Con la incorporación de 25 nuevos miembros a la Academia de Ciencias del Ecuador, se consolida la visión de usar el conocimiento para enfrentar los desafíos nacionales y conseguir el bien común.

Mediante un acto solemne realizado el jueves 19 de febrero de 2015 en el Gran Salón del Centro de Convenciones Eugenio Espejo, en Quito, la Academia de Ciencias del Ecuador (ACE) incorporó a 25 nuevos miembros, cuyas actividades particulares en el quehacer científico evidencian el componente multidisciplinar de la ACE y aseguran aportes desde diversos campos de la ciencia para contribuir al crecimiento científico y tecnológico del Ecuador.

René Ramírez, Secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación puntualizó que la reforma al sistema de educación superior desarrollada en el país, presenta un quiebre en la concepción de la universidad y la academia, pues concibe estos espacios no solo como lugares para la transmisión de conocimiento sino sobre todo de generación de conocimiento enfocado al bien común.

“Priorizar la investigación científica no es un tema de falta de recursos”, precisó el Secretario de Estado y señaló que en el presupuesto destinado a las universidades se registra una “subejecución de 250 millones anuales que deberían enfocarse hacia la investigación científica en proyectos concretos y a la entrega de becas” que fortalezcan el talento humano como uno de los pilares fundamentales para el cambio cualitativo hacia una economía basada en las ideas, el conocimiento y la innovación.

El acto contó con la presencia de Michael Clegg, Vicepresidente de la Red Interamericana de Academias de Ciencias (IANAS por sus siglas en inglés – Interamerican Network of Academies of Science). “La voz de la ciencia es crucial para abordar los desafíos nacionales. La ciencia es el más exitoso medio para crear conocimiento”, manifestó durante su intervención, al tiempo que alentó la creación de redes científicas regionales que, amparadas en su heterogeneidad, promuevan la transferencia de conocimiento y el tratamiento de asuntos mundiales en el contexto regional e incrementen la participación científica para la resolución de problemas colectivos como el cambio climático, proliferación de enfermedades infecciosas y seguridad alimentaria.

Desde el punto de vista de Paola Leone, docente investigadora de la Universidad de las Américas, la inversión que realiza el Estado ecuatoriano en la entrega de becas contribuye al incremento de la masa científica del país. Añadió que la constitución de la ACE ofrece apoyo institucional para hacer “investigación de excelencia”, “ciencia relevante” que se mostrará en revistas indexadas y publicaciones especializadas que den cuenta de que en Ecuador se asume con seriedad la tarea de hacer ciencia.

Para respaldar el trabajo de científicos e investigadores, esta Secretaría promueve la construcción del Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimiento, la creatividad y la Innovación, denominado Ingenius, para garantizar que quienes trabajan haciendo investigación sean co-propietarios del conocimiento generado, perciban regalías justas y comprendan el “beneficio social que se desprende del libre acceso al conocimiento, terminando así con la visión mercantilista de la ciencia y fomentando el rechazo al hiperpatentamiento”, indicó Ramírez.

Quienes ahora son parte de la Academia de Ciencia del Ecuador tienen el compromiso de enfocar el conocimiento científico al desarrollo sustentable del país, ofrecer asesoramiento para el desarrollo del talento humano y diseminar el saber científico aplicado al servicio social.